El habla como parte
de la comunicación no solo responde a una determinada cultura, costumbre y
necesidad práctica, sino también en esta se revela la pertenencia de clase o
status social inherente. Esta particularidad determina el cómo se habla y el
para qué: para alimentarse, para vestirse, para presumir, para guerrear,
copular, herir, etc. En este sentido, más allá de las características propias
de cada lengua y significados del habla, lo esencial es la comunicación por
excelencia en sentido básico.
Entonces, para qué
nos comunicamos y cómo nos comunicamos. Para qué mierda las putas currículas
educativas contienen toda la fucking maraña gramatical, si cada cual puede
hacer del leguaje escrito y oral lo que se le cante el orto. En vez de decir:_
Mamá quiero teta!. Un crío podría decir:_ Caca, quiero teta. Suena estúpido
pero nada más cercano a la realidad. Todo depende de la puta arbitrariedad de
la mayoría y su tiránica decisión por un sentido u otro en el hablar, sin
mediar razón coherente alguna, sino el puro y estricto despotismo.
No soy ni pretendo
ser un especialista en este campo. Hay profesionales dedicados a la tarea que podrán
explicar mejor las inquietudes que se generen en el post, ojalá lingüísticos
dedicados puedan esclarecer este enredo.
Como siempre, en
toda sociedad se define un sistema de valores, sean estos a través de la fuerza,
habitus, o necesidad. Lo mismo sucede con el lenguaje, y las estructuras
idiomáticas. Hace ya mucho tiempo que vengo escuchando a personajes
influenciados por modismos, snobs, y corrientes “culturales” que son vertidas
tanto en la literatura, televisión o radio; repetir cuanta barbaridad esté a la alcance mediático:
·
repetir pensamientos con aires de
intelectual
·
frases cursis de moda
·
clichés estúpidos para “enriquecer” el
habla popular y parecer importante
No lo digo en
sentido peyorativo sino en el sentido de masa que produce una sociedad cada vez
mas uniformada, cada vez con menos
diferencias que puedan enriquecer los sentidos de gente harta de tanta mierda
de gente hablando igual, pensando igual, y actuando igual. Vivimos inundados de
imbéciles que se creen únicos siendo ganado vacuno del consumo fácil, en una
carrera esquizofrénica en contra del sufrimiento y del dolor, como si la vida
fuera un cuento color rosa.
Una de las grandes
dudas de este infame post es: QUÉ CARAJO ES “NINGUNEAR”. Por supuesto que todos
sabemos el significado de tan bastarda palabra. Lo que importa es reflejar es la
arbitrariedad de los medios de comunicación (todos los que te imagines) y la
sumisión de la masa en algo tan intimo como el lenguaje, tan personal como la
sexualidad, la comunicación mas perfecta y honesta.
Cuál es el sentido
de la gramática y la semántica, si todos podemos hablar y escribir como venga
en gana y/o repetir cuanta estupidez se diga en los medios masivos: si el
sistema domina la política, la economía, ya controla tu espíritu con la
religión, solo queda controlar tu mente, tú habla.
"Miro la televisión, luego existo" por Manuela Freytas
El “verbo” de moda ningunear explica esta decadencia y
sometimiento. Me cago en Octavio Paz, y su fucking premio Nobel, pero hay que
reconocer que éste lo aplicó en un contexto determinado. Lo único que pido es
una explicación seria sobre cómo carajo se convierte un pronombre indefinido en verbo. Pues si de nóveles se trata, se
podría también decir: algunear,
alguienear, cualquierear, mismear, etc. Los Pronombres Indefinidos se
encargan de expresar nociones de cantidad, identidad u otra noción de manera
vaga o indeterminada pero perdón, hasta donde sé no son putos verbos!!! Esto desvirtúa
nuestro idioma. Como estas aberraciones hay varias: en el contexto nacional
encontramos en boca de periodistas, senadores de oposición, y varios diputados; todos con gran propiedad dicen
·
Engañamiento
·
Ciniquez
·
Chóferes
Frases como: “No me
recuerdo” en el sentido de “no recordar algo”.
Subir arriba, bajar abajo
Es de mí, en vez de decir: es mío
Estoy comiendo; yo mismo!
Subir arriba, bajar abajo
Es de mí, en vez de decir: es mío
Estoy comiendo; yo mismo!
Así se llega a la
conclusión de que uno habla como puede, lee lo que puede, escucha la música que
puede. Hacer de esto algo loable, como algo chistoso, sin darle la tónica seria
que merece; es ser un hijo de puta. Más allá de la mofa, de algunos personajes,
es ser un hijo de puta con tu cultura, con tu patria, con tus tradiciones.
Hablar mal, comer mal, estar mal, no es sinónimo de turismo en la marginalidad
y lo histriónico que puede ser esto para sectores de la sociedad estúpida que
perciben humor e incluso alegría en la decadencia es un crimen. Pues esta decadencia
es contagiosa, se expande como reguero de pólvora y nos consume a todos.
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