La coyuntura
actual, de amotinamientos e intentos golpistas, mostró una vez mas la
transversalidad histórica del problema indígena en Bolivia y las consecuencias
nefastas para una sociedad enferma de resentimiento en contra de todo lo que
huela a coca, tenga dientes verdes, use abarcas, tenga olor a “indio” y sea
pobre (occidente el país; todo lo andino).
Este problema
siempre presente en la historia boliviana, desde Túpac Catari pasando por Alcides
Arguedas vs Franz Tamayo, falangistas, comunistas y populistas, hasta las
jornadas de 2008 con la masacre de el Porvenir y el 25 de mayo racista en Sucre,
para finalmente llegar hasta nuestros días con un amotinamiento policial y los
enfrentamientos entre sectores del TIPNIS, en
contra de partidarios del MAS (campesinos) que se manifestaron en defensa de la
democracia y del proceso de cambio; en defensa del indio. Nuevamente
se revivió y se escucharon los conocidos agravios racistas contra “indios” ¡por
propios indios, cholos y birlochas!. Un país muy chistoso y triste, si se
piensa en el grado de racismo incrustado en las almas de muchos de sus “ciudadanos”.
La figura es clara,
aunque no para muchos en Bolivia. Aquí en nuestro país, el que no te lanza una
abarca tiene pollera. Lo que pretendo explicar y siempre lo dije, es que a
pesar de la negación desesperada por muchos de la identidad general; cuando uno
sacude el árbol genealógico, alguna abarca o pollera caerá. Pero el complejo y la “vergüenza” (importada) pueden mas.
Otra vez volvieron las frases preferidas, de una minoría errática que se cree mayoría en este país:
Aquí: una fiel represpresentante aria
cruceña apaleando a una india levantisca
Otra vez volvieron las frases preferidas, de una minoría errática que se cree mayoría en este país:
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Chola de mierda
·
Indios de mierda
·
Nacotraficantes
·
Masistas de mierda
·
Ignorantes
·
Llamas
·
Sucios
·
Mal paridos
GOBERNADORES
DE ascedencia escandinava (bolivianos); lo pueden
notar
por sus blondos cabellos y su piel extremadamente pálida
A esto contribuyen
muchos personajes; tanto desde la izquierda, la derecha, las ciencias sociales,
la pobretología (siempre tan inocente y bien intencionada), las ONGs, los
medios de comuniación, sectores urbanos (los menos negros si vale, por la supuesta
“blancura” que enarbolan como trofeo), y toda la fauna egoísta y pueblerina.